Durante muchos siglos se pensó que las diferencias entre las conductas de varones y mujeres se debían a características dadas por la naturaleza y, por lo tanto, fijas e inamovibles. Así, desde que niños y niñas nacen -o incluso antes- se les adjudican ciertos gustos, actitudes, modos de ser y de comportarse.
Estos estereotipos que se conforman desde la infancia no son otra cosa que construcciones sociales y culturales que se van transmitiendo si no lo cuestionamos, de generación en generación.
¿Que pasa cuando un hombre/mujer decide no cumplir con los preceptos que "le corresponden"?
Entendemos que las publicidades influyen en las subjetividades de sus espectadores transmitiendo y repitiendo conceptos, negando así la posibilidad de cuestionarlos y pensarlos de una manera diferente.
Con los alumnos de 7° grado analizamos publicidades como mensajes construidos con intenciones de ventas, pero sobretodo, como elementos de gran peso en la construcción de estereotipos de género, reforzando el sentido común con respecto a las actividades que corresponden a los "hombres"y "mujeres".
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